Diario de Avisos, Santa Cruz
El restaurante "Casa Lala", de Puerto de la Cruz, es un clásico de la gastronomía canaria, que lleva alrededor de tres décadas ofreciendo una cocina digna y de buen nivel, en un ambiente informal. Hace algunos años, con sus anteriores propietarios, recibió uno de los Premios de Gastronomía de DIARIO DE AVISOS a la Cocina Popular y, pasado el tiempo, sigue manteniendo el interés que le hizo acreedor al galardón.
El restaurante sigue en la misma línea y con los mismos platos, incluyendo su famoso "conejo en salmorejo", que se sigue realizando con la misma receta. Pero es de destacar que "Casa Lala" ha venido a parar a manos de uno de los mejores cocineros que tenemos por las islas, que es Antonio Aguilar. El feliz 'matrimonio' entre la cocina popular de "Casa Lala", que es respetada de una manera escrupulosa en su recetario propio, con las técnicas y los más amplios conocimientos que posee Aguilar, da como resultado una de las mejores cocinas canarias que hoy se pueden encontrar en Tenerife.
Esto, más que los canarios, lo saben los extranjeros y como suele suceder en muchos lugares, son ellos quienes descubren la buena cocina en los restaurantes algo ocultos (como ocurre con este) y así no es de extrañar que el 80 por ciento de los clientes de este establecimientos sean o bien foráneos que residen por la zona, o turistas que se alojan en algunos de los hoteles portuenses y que cada año, en sus vacaciones, lo toman como un lugar de obligada repetición.
La cocina, como decimos, es canaria, con platos emblemáticos que se encuentran siempre, como el conejo ya citado o el cabrito embarrado, pero también hay cocina de mercado, especialmente en los pescados y las verduras. Se trabaja muy bien los pescados azules y ocasionalmente tiene un recomendable escabeche de chicharros.
Está situado en una antigua casa canaria y tanto el patio como las habitaciones son comedores abiertos al público, un tanto abigarrado alguno. La bodega está bien, aunque sería recomendable aumentar algunos vinos de más nivel, sin necesidad de exagerar.
